miércoles, 20 de marzo de 2013

De Buenos Aires a Panamá (Con escalas)

Salí de Buenos Aires con lluvia y con mi hermana medio ebria en el auto. Ella y Hernán me acompañaron hasta Ezeiza. Ahí iba a empezar mi travesía, hacer el check-in, dejar los bolsos en la cinta y pasar por migraciones. El abrazo fraternal me recordó, una vez mas, que hay gente que amo mucho en Buenos Aires. Sin embargo, mis ganas de conocer el mundo son gigantes... Y allí me fui en la aventura.

Creo que no espere al despegue para dormirme. Los últimos días en Buenos Aires fueron increíblemente largos y con pocas horas de sueño. ¿Cómo iba a dormir sabiendo que tenía que despedirme de tanta gente? Las despedidas tienen algo triste y hermoso a la vez. Está, por un lado, la tristeza de saber que uno no va a tener contacto físico con otra persona por mucho tiempo. Por el otro, la incertidumbre, las ansias, el amor de la gente que nos despide, los buenos deseos y el futuro impredecible que se asoma ante nosotros.
Entre sueños llegue a Bogotá. Para mi sorpresa: hacía frío. Sin embargo estaba bastante abrigada y dentro del aeropuerto no se sentía tanto.

Free shop everywhere. Todo el mundo vende, todo el mundo compra. Me mantuve alejada de eso y me ayudo la existencia del wi-fi. 

Marti tardó mas de lo que me imaginaba en aparecer. Al final la encontré haciendo la cola para el check-in. Nos abrazamos y sentí esa conexión que solo siento con unas pocas personas. Hay relaciones en las que el tiempo no es un factor que importe. No importa que no la haya visto por meses, la conozco y el afecto siempre permanece igual.. quizás mayor.

Me volví a dormir antes del despegue y me desperté llegando a Ciudad de Panamá.

Pedro, un amigo de Couch Surfer nos estaba esperando.. y ahí empieza otra historia...

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